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Previously on Pianista:
MEA CULPA Y CAGA LEYES
MEA CULPA: INCONTINENTIA SUMMA
PROYECTO DE ORDEN MINISTERIAL
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Ay, qué bien me cae Guardans. Y qué mal lo debe estar pasando, el pobre, con todos esos "amantes del cine" molestándole. A él, que es Doctor en Derecho. A él, que se ha criado en lo más excelso de la cultura catalana. ¿Qué necesidad tiene él de estar perdiendo el tiempo con esos cineastas de putiyonquismo, guerracivilería y anticlericalidad? Con lo bien que podría pasarse las tardes hojeando, qué se yo, los Discursos de Cicerón en edición de Bernat Metge, y aspirando los aromas mediterráneos que alegran el jardín de su masía.
Y bien pensado: ¿por qué no lo hace? ¿Por qué no se va? A hojear los Bernat Metge, o a metérselos donde le quepan, lo que él prefiera. Pero que se vaya. Cuanto antes. Que vuelva a dar clases de Derecho. O a recibirlas. No, en serio: me da igual mientras deje de joder aún más el cine español.
Se me podrá acusar de poco dialogante. Al fin y al cabo Guardans dice que "desde la dirección general se ha escuchado a todas y cada una de las asociaciones del sector". Pero es que Guardans tiene una curiosa forma de escuchar. Te envía una consulta para que des tu opinión sobre la orden... a primeros de agosto. Y te exige que contestes antes de fin de mes. Más listo que los ratones coloraos, el amigo. Y más feo, también.
Pero no hablemos sólo de Guardans. Analicemos sus deposiciones. Como ustedes saben, uno de los puntos más polémicos de esta mierda Orden Ministerial es esa decisión de apartar de las subvenciones a las películas que no hayan logrado 60.000 espectadores. Los "Cineastas Contra la Orden" alegan que eso margina al cine pequeño, lo cual es totalmente cierto. Pero sorprendentemente, hay algunos cineastas que no lo han comprendido. Como digo, Guardans es más listo que los ratones coloraos (e igual de apto para legislar sobre cine): el tío, incluso pariendo un despropósito como la Orden Ministerial, ha conseguido venderle la moto a algunos de los afectados.
Leo en el blog que Ángela Armero tiene en Hotel Kafka:
"Con el esfuerzo humano y económico que supone levantar una producción de cualquier tipo, ¿de verdad no podemos aspirar a llevar a 60.000 espectadores a la sala? ¿De verdad merece financión (sic) pública cualquier producción que no interesa a esos miles de personas?"
Bueno, por poder, podemos aspirar a llevar a 6 millones, pero lamentablemente la asistencia de público no depende de la calidad de la película, sino de la calidad de su campaña de marketing.
Las campañas de marketing, lamentablemente, están en manos de las distribudoras.
La mayoría de las distribuidoras pertenecen, lamentablemente, a unos trust que se cuidan muy mucho de que sus títulos transnacionales de 200 millones de dólares no se vean amenazados por las películas locales.
Y lamentablemente, esos trust son tan poderosos como para amedrentar a los exhibidores para retirar películas locales incluso cuando tienen éxito.
Este lamentable panorama es el que hace que, a veces, una buena película no pueda aspirar a tener 60.000 espectadores.
Pero lo que es más lamentable es que el director del ICAA sea tan hipócrita que pretenda no ver esa realidad, e insista en poner el dinero en la producción, cuando debería ponerlo en la distribución/exhibición. Pero, obviamente, Guardans no quiere solucionar el problema, porque eso implicaría enfrentarse a grandes grupos de comunicación. Y con la que está cayendo, sólo le faltaba al Gobierno dar caña a los que controlan periódicos y telediarios. No, Guardans sólo está dispuesto a dar limosna a los que le siguen la corriente porque es muy dialogante él, y muy cultivado, y a las que creen que la discriminación positiva sirve para algo.
Pero lo más lamentable de todo, con diferencia, es que los cineastas sigamos (sigan) culpándose a sí mismos de los problemas financieros de nuestro cine. Pero los problemas financieros de nuestro cine no tienen nada que ver con el supuesto "divorcio con el público". Los autores no nos hemos divorciado del público. Ha sido la Ley Miró y sus nefastas ampliaciones las que nos han impuesto una "orden de alejamiento" del público. Seguir dando dinero a los productores para que hagan un supuesto cine necesario es agravar el problema más y más.
Estimados políticos: (no va por ti, Ignasi: tú a la masía, venga) dejen de una vez que los productores aporten su iniciativa, y asuman riesgos financieros durante la producción, y ayúdenles luego a llevar su producto al público. Persigan las prácticas oligopolísticas de los trust de distribución. Hagan un poco de proteccionismo cultural. En definitiva, hagan su trabajo, y dejen a los autores y productores hacer el suyo.
Estimados autores, es especial Ángela: deja de culparte. No hay razón para ello, aparte del lamentable hecho de habéis crecido en una sociedad nacionalcatólica. Se os ha dicho que nacisteis manchados por el pecado original, y se os ha enseñado a pedir perdón constantemente por vuestros pecados.
Tomad ejemplo de Guardans: él no recibió esa horrible eduación. Él se crió entre textos clásicos y fragantes naranjos. Él no sabe lo que es el pecado, ni la culpa. Por eso, aunque su política está agravando los problemas de nuestro cine, y de paso creando unos cuantos nuevos, a él se la suda todo.